Nadie cuestiona que un buen líder puede llevar a un grupo de personas, llámese empresa u organización, a crecer. Sin importar el tamaño o el sector de actividad, una gestión de equipos efectiva requiere de una capacidad especial para motivar y dirigir personas bajo una visión estratégica, perfectamente alineada con los objetivos generales. Lógicamente, los distintos tipos de liderazgo han ido evolucionando con el paso del tiempo, del mismo modo que las personas que componen una organización son diferentes con respecto a hace cincuenta años.
Las características de los equipos de trabajo, la situación profesional y personal, y la incorporación al mercado laboral de las nuevas generaciones – con notables diferencias en cuanto a sus motivaciones y objetivos en el contexto laboral con respecto a las anteriores- han marcado sustancialmente no sólo las competencias que debe tener un buen líder, sino la forma de gestionar los recursos humanos de una organización.
¿Qué competencias son fundamentales para un liderazgo efectivo actualmente?
La lista podría ser cuasi infinita, y existen numerosas formaciones en liderazgo que persiguen potenciar aspectos como la comunicación, la asertividad o incluso la dirección de la actividad de equipos muy especializados – comercial, perfiles tech, alto rendimiento, etc – o en entornos difíciles – circunstancias de crisis, miedo, limitaciones de capacidad, etc. –
Con todo, existe una serie de competencias clave a desarrollar y potenciar en cualquier persona que ocupe un puesto de liderazgo, y que serán básicas para un correcto desempeño de su rol dentro de la organización.
Comunicación efectiva
La comunicación efectiva es una de las cualidades más esenciales para los líderes. Un buen líder debe ser capaz de transmitir claramente sus ideas, expectativas y metas al equipo para que todo el mundo sepa qué hay que hacer, cómo hay que hacerlo y lo ejecute. Además, deben ser buenos oyentes y estar abiertos a recibir feedback de sus equipos. Una formación especializada en este aspecto ayuda a desarrollar habilidades de comunicación, tanto verbal como no verbal, para mejorar los aspectos comunicativos entre los mandos y sus equipos de trabajo.
Inteligencia emocional
La capacidad de reconocer y gestionar las emociones propias y de los demás es crucial para establecer relaciones positivas y productivas con los miembros del equipo. Especialmente en contextos cambiantes es interesante trabajar la inteligencia emocional, fortaleciendo habilidades como la empatía, la gestión del estrés y la resolución de conflictos para una correcta gestión de los equipos de trabajo.
Saber conversar y dar feed-back constructivo
No debemos olvidar que, junto a la habilidad para motivar, el buen líder debe saber corregir. La gestión de la crítica constructiva a un colaborador es una de las acciones más difíciles, dónde es difícil compensar el efecto inmediato de desgaste que puede producir. No obstante, es una de las principales herramientas de las que disponemos para hacer mejorar y crecer a nuestros equipos de trabajo.
Negociación y Gestión de Conflictos
A menudo, las personas que ocupan un cargo de liderazgo se tienen que enfrentar a la negociación con diferentes agentes. Sea con los propios colaboradores, con proveedores u otros mandos de la organización, las habilidades de negociación son fundamentales para conseguir los objetivos marcados de una forma eficaz, y ha trascendido más allá del equipo directivo.
Los propios mandos intermedios requieren con mayor frecuencia un impulso de esta habilidad, especialmente si hablamos de departamentos como comercial, marketing o los propios recursos humanos, en los que el contacto interpersonal es muy frecuente. El desarrollo de esta capacidad se ha convertido en prioritario para una gran cantidad de empresas que quieren contar con líderes que impulsen el crecimiento y desarrollo del negocio.
No debemos olvidar aquí, tampoco, la resolución de los conflictos que puedan surgir entre los propios colaboradores. Estos son a menudo fuente de distorsión y requieren de mucha habilidad y experiencia para situar los intereses comunes como eje conciliador.
Inspiración y saber intervenir para mantener la motivación
Detrás de un equipo de trabajo cohesionado, motivado y plenamente funcional suele estar un trabajo de inspiración que proviene de un líder efectivo. Es una de las piezas más importantes dentro de una buena gestión de personas, una de las competencias cuyo refuerzo mediante formación es de las más demandadas en los últimos años.
Las empresas buscan equipos estables, comprometidos y motivados, que funcionen bien y se adapten a los cambios que pueden ir ocurriendo en los proyectos. Por este motivo, es muy común que dediquen parte de su presupuesto de formación para reforzar estas habilidades en sus mandos para mejorar el rendimiento personal y profesional dentro de la organización.
También es necesario saber intervenir ante situaciones de desmotivación transitoria (falta de implicación, falta de rendimiento, poca colaboración, cumplimiento estricto de la responsabilidad mínima, etc.). Una visión amplia de las personas, como seres humanos, ayuda a que un buen lider pueda gestionar este tipo de situaciones, que normalmente tienen su origen en el puesto de trabajo, en los compañeros o en el propio mando.
El liderazgo efectivo, por tanto, necesita trabajar ciertas competencias para que la gestión de personas y equipos sea la adecuada, con especial relevancia en entornos cambiantes como el presente. Su papel para contribuir al incremento motivacional, facilitando la permanencia del mejor talento dentro de las empresas, se ha convertido -todavía más, si cabe- en un punto clave. En AdelantTa llevamos años ayudando a nuestros clientes a proporcionar herramientas a sus líderes de equipo, con numerosas formaciones focalizadas en la gestión efectiva de equipos, el liderazgo organizacional o la gestión de conflictos. Consulta con nosotros para más información.