El dominio de los idiomas en el entorno laboral está fuera de todo cuestionamiento. Atrás ha quedado la época en la que dominar el inglés era una ventaja competitiva. Hoy en día, se considera básico para el desempeño del puesto de trabajo, especialmente para ciertos sectores y empresas con presencia internacional o acostumbrados a tratar con clientes de otros países.
El aprendizaje de idiomas más allá del inglés, como puede ser el francés, alemán, chino o portugués, se ha convertido en prioritario para muchas organizaciones, que necesitan que sus trabajadores adquieran competencias en estos idiomas para poder ser competitivos y funcionales en un contexto global.
Por ello, la formación en idiomas ha ocupado una parte importante del plan de formación de cualquier empresa. Para aquellas donde el dominio de uno o varios idiomas extranjeros sea primordial, un plan de formación específico puede ser especialmente útil para organizar correctamente el desarrollo profesional de los trabajadores.
Consideraciones básicas a tener en cuenta
La formación en idiomas tiene ciertas particularidades que la diferencian de otro tipo de formaciones más técnicas o competenciales de otras áreas. Debido a su naturaleza práctica, y a las propias diferencias de nivel dentro de una organización, conviene tener en cuenta ciertos aspectos en el proceso:
- Recoger información de los participantes (tanto interesados como aquellos que realmente lo necesitan) y aplicar las correspondientes pruebas de nivel.
- A la hora de configurar los grupos, es importante intentar que sean lo más homogéneos posible en cuanto a sus intereses y su nivel. Es recomendable, incluso, segmentar los cursos por materias específicas.
- Asignar formadores o tutores adecuados para cada caso.
- Distribuir las formaciones evitando momentos en los que la asistencia sea menor (vacaciones, períodos de mayor actividad en la empresa…) y en períodos del día en los que la capacidad de atención disminuya.
- Monitorizar la asistencia, motivando si es necesario, y realizar los ajustes necesarios de manera rápida.
Etapas del plan de formación
Análisis de necesidades generales
Puede parecer una cuestión obvia, pero el primer paso para diseñar un plan de formación en idiomas ajustado a las necesidades de la organización es comprender precisamente cuáles son los objetivos.
En muchos casos, esta necesidad viene de la propia naturaleza internacional de la empresa. En otros, por un plan de crecimiento a otros países que exige que el personal tenga conocimiento de idiomas extranjeros. Esto se ve muy claro en los puestos de trabajo relacionados con la actividad comercial.
Por otro lado, perfiles de soporte técnico o atención al cliente necesitan conocer cada vez más idiomas además del inglés, como puede ser el francés o el alemán. Otro sector en el que el dominio de idiomas está cada vez más demandado es el de logística, donde incluso los puestos administrativos y contables necesitan manejarse en más de un idioma para realizar su función correctamente.
Análisis de necesidades específicas
Yendo un poco más al detalle, el siguiente paso es analizar las necesidades específicas de cada grupo, como qué departamentos realmente necesitan esa formación, si la formación debe centrarse en aspectos más técnicos del día a día, etc.
No se imparte el mismo curso de inglés, por ejemplo, al departamento técnico de una empresa, que deberán dominar vocabulario más específico para el tipo de situaciones que manejan en el día a día; que a los directivos, quienes necesitarán adquirir un dominio del idioma enfocado en el refuerzo de su capacidad de negociación e influencia.
Adaptación a colectivos dentro de la empresa
Como comentamos previamente, cada colectivo dentro de la empresa tendrá unas necesidades diferentes. Por ello, es importante separarlos por criterios como el uso que le darán al idioma, el nivel o las materias específicas a reforzar (por ejemplo, centradas en negocios, ventas, atención al cliente, etc.)
Selección de la modalidad formativa más adecuada
Otra de las cuestiones más importantes a la hora de diseñar un plan de formación en idiomas es definir la modalidad de impartición. Ésta va a verse muy condicionada por la disponibilidad de las personas que participen, nivel en la empresa, utilización real de la lengua, objetivos de aprendizaje específicos, etc.
En general, la modalidad presencial suele ser adecuada para el desarrollo de habilidades de comunicación oral. Es el caso de la formación en idiomas para la dirección -que suele decantarse por un formato individual- o para los mandos intermedios -para lo que es habitual crear grupos presenciales o por aula virtual-.
Por otra parte, la modalidad e-learning se ajusta más para mejorar las habilidades de lectura y escritura, y para los niveles básicos e intermedios. Se adapta muy bien a aquellas personas trabajadoras con horarios más estrictos o que deseen aprender a su propio ritmo.
Conviene matizar que, en muchas ocasiones, es beneficioso combinar varias modalidades para abordar diferentes aspectos de un modo más completo.
Diseño del plan de formación
Este diseño deberá contar con un programa estructurado que recoja:
- Contenido del curso: ¿Qué habilidades se van a reforzar en el curso? ¿Los contenidos serán de carácter genérico o se optará por temáticas específicas?
- Duración y horarios: Por norma general, recomendamos repartir las formaciones en bloques anuales de tres meses cada uno, por ejemplo, para tratar de reducir la tasa de abandono.
- Metodología de enseñanza: Especificar en qué modalidad se impartirá la formación y con qué apoyos metodológicos contará (clases magistrales, práctica conversacional, ejercicios escritos, role play, etc.)
- Recursos y materiales: Conviene tener claro cuáles serán los recursos con los que contará la formación. Aquí es importante asegurarse que la formación cuenta con materiales adaptados al colectivo y al nivel, y en el caso de formación e-learning, que se fomente la participación del alumno.
Evaluación y ajuste
El secreto del éxito de una formación reside en la evaluación continua y la velocidad para realizar los ajustes necesarios. El seguimiento en las formaciones presenciales y mediante aula virtual son más sencillas de realizar, y en este sentido la capacidad para motivar a los alumnos es clave. Esto se vuelve todavía más relevante si hablamos de la modalidad e-learning, en la que la tasa de abandono puede ser más elevada que en otras modalidades si no se gestiona adecuadamente ese seguimiento.
Retroalimentación y mejora continua
Buscar el feedback de los participantes sobre la formación en idiomas permite realizar ajustes para ediciones futuras que mejoren las tasas de asistencia y, lo más importante, sirvan para realmente mejorar las competencias de los propios trabajadores.
Como conclusión, la formación en idiomas nunca ha dejado de ser importante en las organizaciones. Ya no solo como incentivo motivacional para los propios trabajadores, sino que es una necesidad cada vez más extendida para el crecimiento y buen funcionamiento de la propia empresa. El secreto de su éxito es buscar una fórmula en la que se combinen diferentes modalidades de impartición y que fomenten la motivación de los participantes. En AdelantTa disponemos de un amplio catálogo de formaciones en idiomas adaptadas a cualquier nivel, colectivo participante y modalidad de impartición. Consúltanos sin compromiso.