Si utilizamos un criterio técnico, la productividad se define como una medida económica que permite calcular cuántos bienes y servicios se produjeron por cada factor utilizado.
Es decir, la eficacia y la eficiencia se pueden medir, en último extremo, por la capacidad de realizar más tareas o actividades en menos tiempo
Si una organización o una empresa es capaz de mejorar su productividad significa que el valor de sus productos crece a una tasa más alta que con la que crecen los consumos con las que está creando un producto o servicio. Dicho de otro modo, consume menos recursos para generar más beneficio.
Qué factores influyen en la productividad
En el mundo de recursos humanos, cuando hablamos de productividad, podemos cometer el error de pensar que mejorarla implica exprimir al máximo la energía o capacidades personales. Hace unos años, tuve una colega de trabajo que confesaba abiertamente que en la empresa no se quería que la gente trabajara, se buscaba que “sangraran”. Todos hemos oído expresiones similares y nos las encontramos todavía con más frecuencia de la deseable.
No podemos obviar que la mejora de la productividad puede repercutir en la mejora de la calidad de nuestro trabajo. Es un factor clave de crecimiento, tanto para una empresa como para una sociedad. Si analizamos nuestros niveles de productividad podemos intuir cuál será nuestro crecimiento a largo plazo. La disminución de los costes y ahorros de tiempo son un factor clave, junto con el valor añadido, en una estrategia empresarial sostenible. Como directivos, nos toca conjugar y optimizar los recursos, en ocasiones, casi como si de un juego de magia se tratara.
Si la productividad, como tal, nos permite medir lo que se produce en nuestra empresa a partir de los recursos que estamos empleando para ello, cabe pensar que el objetivo básico es optimizar esa cantidad de recursos utilizados para obtener mejores resultados. La pregunta es ¿estos recursos son solo las personas? La respuesta es obvia, NO. Existen otros factores que determinan la productividad y que poco tienen que ver con el esfuerzo personal.
En nuestra opinión, cinco son los factores que van a determinar la productividad de nuestra empresa de modo más claro:
- La estrategia. Es decir, en acierto con QUÉ es lo que hay que hacer y dónde hay que centrar los esfuerzos de la organización
- La organización. Un mal diseño organizativo genera muchos problemas de fronteras, impermeabilidad y mala coordinación en la cadena de valor, que pueden acabar con la motivación de los mejores apóstoles de la eficiencia.
- Los procesos de trabajo. Es decir, el CÓMO hacemos las cosas. A menudo, en vez de pensar en generar más esfuerzo, puede que tengamos que eliminar factores y necesitamos ajustar los procesos que llevamos a cabo, adaptándolos o mejorándolos para poder dar un salto de crecimiento. Recordemos siempre que el objetivo es obtener los mejores resultados con el menos empleo viable de recursos, lo que implicaría una eficiencia máxima.
- La tecnología. En la actualidad todos hemos podido comprobar cómo la tecnología influye en la productividad con la aceleración de la digitalización que hemos vivido los últimos años. Resulta tan obvio que no requiere más explicación.
- Las personas. Por hecho de señalarlas en último lugar, no son el factor menos importante. Es decir, los conocimientos, competencias personales, motivación, esfuerzo, dedicación, etc. de los profesionales, son factores que condicionan la productividad de cualquier organización.
Conozco pocos estudios que analicen a fondo el peso específico que tiene cada uno de los factores anteriores en cada tipo de industria. Cabe pensar que el impacto de cada factor es diferente según el modelo de negocio o el tipo de actividad.
Ahora bien, en líneas generales, ¿son las personas el factor más determinante en la productividad? Para responder a esta cuestión quizás sea bueno hacernos tres preguntas:
- Cuando un empleado/a abandona la organización. ¿Es fácil reponerle?
- Cuánto tiempo de maduración tiene un nuevo empleado/a y cuando podemos considerar que está completo su proceso de on-boarding
- Hasta qué punto el puesto de trabajo depende de las competencias de las que dispone la persona.
Es decir, cuál es el valor añadido que se aporta en toda la cadena operacional por parte de la persona. El sentido común nos dice, más allá de nuestros deseos que, obviamente, depende del negocio.
El peso específico del factor humano en la productividad del negocio
En un negocio muy automatizado, donde las personas siguen instrucciones precisas, su margen de aportación es pequeño. La inversión en el empleado se centrará en factores higiénicos (es decir, en evitar elementos distorsionadores como un salario muy bajo, mal ambiente de trabajo, jornadas excesivas, mala salubridad, etc.), pero es difícil incrementar la productividad general apostando muy en profundidad por la inversión en el trabajador. Tiene un ROI complejo ya que la posición no le va a permitir un gran nivel de aportación.
Aún en este tipo de negocios existen iniciativas que permiten utilizar el potencial humano para la mejora del modelo y el desarrollo organizacional.
Ahora bien, en negocios basados en el conocimiento y en el concepto tan de moda de las organizaciones líquidas, es harina de otro costal. ¿Cuál es el peso especifico del factor personas dentro de los cinco factores descritos cuando estamos hablando de posiciones ocupadas por personas que pueden aportar un valor añadido?
Es difícil estimar el retorno de la inversión en personas en estos casos, pero es evidente que aquí estaríamos hablando de una cadena en la que si se rompe el eslabón “personas” la productividad se resiente. Es este tipo de actividades, el cuidado del factor humano hemos podido ver a lo largo de los años que tiene que ver básicamente con:
- La formación o la adecuada adquisición de competencias profesionales
- Favorecer los buenos hábitos físicos y psicológicos de las personas dentro y fuera de la organización
- Estrategia, modelos organizativos, procesos y herramientas coherentes que se constituyan en un apoyo para la aportación de valor añadido de la persona y no un obstáculo
- Finalmente, el modelo de liderazgo que fomente el respeto a las personas, con el consiguiente incremento de la motivación, la disposición adicional, la innovación y la creatividad.
Por tanto, a la pregunta de si las personas impactan realmente en la productividad, la respuesta es “depende, pero casi siempre hay que cuidarlas”
CEO de AdelantTa