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En determinados sectores de actividad, la estacionalidad es un factor determinante en la planificación de los recursos humanos. Picos de producción, campañas comerciales o periodos vacacionales obligan a reforzar las plantillas en lapsos concretos y con un margen de reacción reducido.
Ante esta realidad, contar con una base de datos de candidatos bien estructurada y un procedimiento claro de búsqueda y selección se convierte en un activo estratégico. No se trata únicamente de almacenar currículums, sino de construir un sistema que permita activar de manera ágil y eficaz a las personas más adecuadas para cada necesidad.
El punto de partida para poner en marcha un procedimiento eficaz es anticipar los escenarios de contratación. Muchas empresas reaccionan a la estacionalidad cuando ya tienen el problema encima: se genera un pico de demanda, faltan manos y se inicia una búsqueda apresurada de candidatos. Esta improvisación no solo alarga los plazos de cobertura, sino que puede comprometer la calidad de las incorporaciones.
Para evitarlo, es necesario trabajar con una perspectiva de anticipación. El análisis de las campañas de contratación anteriores es la fuente de información más valiosa: qué periodos fueron más exigentes, cuántas personas se incorporaron, en qué puestos se generaron mayores dificultades y cuáles fueron los errores que conviene no repetir. Esta visión histórica, unida a la previsión de la demanda comercial (campañas de ventas, picos de producción, sustituciones por vacaciones o refuerzos en fechas clave), permite proyectar con antelación las necesidades de personal.
A partir de ahí, resulta fundamental identificar con precisión:
En definitiva, se trata de convertir la estacionalidad en un fenómeno previsible y gestionado, en lugar de una urgencia recurrente. Cuando la empresa define con claridad qué necesita, cuándo lo necesita y qué características son innegociables en los candidatos, la base de datos se construye con un enfoque mucho más útil y orientado a cubrir necesidades reales con la mayor rapidez y calidad posible.
Una base de datos eficaz no se mide por su tamaño, sino por la calidad y utilidad de la información que contiene. Para ello conviene trabajar en dos planos:
Un sistema de etiquetado y categorización permite filtrar de forma rápida en momentos de necesidad: por perfil, área, disponibilidad, localización o desempeño histórico.
Cuando llega un pico de demanda, el tiempo de reacción es limitado. Por eso, la búsqueda debe estar previamente protocolizada y pensada para iniciarse en un periodo de tiempo suficiente como para llegar a los picos de demanda con holgura.
Llegado el momento, la búsqueda se centra en tres fases diferenciadas:
De esta forma, el proceso de preselección puede reducirse a pocos días, o incluso horas.
En contrataciones estacionales, los procedimientos de evaluación deben ser ágiles, pero sin renunciar a la calidad. Entre otras, algunas prácticas recomendables son:
Un aspecto crítico es valorar el encaje cultural y la capacidad de adaptación: incluso en puestos temporales, un mal ajuste genera rotación, absentismo y sobrecarga para el resto del equipo.
Una base de datos de candidatos debe entenderse como un sistema vivo, en constante actualización. Su valor depende de que la información esté siempre al día, por lo que es recomendable registrar el desempeño, el grado de adaptación y cualquier incidencia relevante tras cada campaña.
También conviene depurar los perfiles inactivos o no disponibles para evitar interferencias en futuras búsquedas, y reconfirmar periódicamente la disponibilidad de los candidatos mediante comunicaciones breves y directas a través de los canales habituales (correo electrónico, llamada, etc). Con este enfoque, cada proceso de contratación se apoya en un historial enriquecido que facilita decisiones más rápidas y precisas.
Lógicamente, el almacenamiento y uso de información de candidatos implica cumplir estrictamente con la normativa de protección de datos (RGPD). Por ello, se deben tener en cuenta ciertos aspectos esenciales:
Como comentamos, el hecho de disponer de una base de datos estructurada y un procedimiento claro para la selección supone una ventaja crítica para una gestión eficiente de los recursos humanos en situaciones de estacionalidad, ya que contribuye a reducir de forma significativa los tiempos de cobertura, disminuir los costes de reclutamiento al reutilizar fuentes ya trabajadas y mejorar la calidad de las incorporaciones gracias a candidatos previamente evaluados. Además, ofrece a Recursos Humanos mayor previsión y control, transformando la estacionalidad en un proceso planificado en lugar de una urgencia recurrente.
La estacionalidad, en definitiva, plantea exigencias que, sin una preparación adecuada, pueden poner a prueba la capacidad de respuesta de cualquier organización. Contar con una base de datos de candidatos estructurada y un procedimiento ágil de búsqueda, selección y actualización permite afrontar estos picos de demanda con mayor seguridad y eficiencia. En última instancia, se trata de consolidar un sistema que haga de la contratación estacional un proceso planificado, profesional y alineado con las necesidades de la empresa.