Escríbenos y te contactamos
Explora Adelantta
Descarga nuestro ebook
En muchas organizaciones, la estructura interna crece y se transforma a medida que lo hace el negocio, pero no siempre con un orden claro que facilite la gestión del personas. Puestos que se solapan, funciones poco definidas o niveles de responsabilidad difusos pueden dificultar la toma de decisiones, la coherencia retributiva y la planificación de los recursos. “Poner orden en casa” se convierte, así, en una necesidad prioritaria para garantizar que la estructura soporte de forma eficaz los objetivos de la empresa.
El primer paso para lograrlo es identificar con precisión los puestos existentes, sus funciones, niveles de responsabilidad y su posición en el conjunto organizativo. Esta labor, que puede abordarse mediante proyectos de consultoría organizativa, auditoría retributiva o como parte de un servicio externalizado de Recursos Humanos, proporciona la base para decisiones más sólidas en materia de movilidad interna, desarrollo profesional o asignación de recursos.
En este marco, el mapa de puestos es la herramienta que ordena y conecta toda esta información de forma técnica y estructurada, permitiendo visualizar la organización con claridad, planificar el futuro y reforzar la retención del talento. Este artículo explica qué es un mapa de puestos, cómo se elabora y por qué es clave para disponer de una estructura ordenada, coherente y preparada para crecer.
El mapa de puestos es una herramienta visual que representa la estructura organizativa de la empresa de forma bidimensional, distribuyendo los distintos puestos en función de dos variables clave:
Este tipo de representación permite identificar con facilidad:
A diferencia del organigrama, que únicamente refleja las relaciones jerárquicas entre posiciones o personas, el mapa de puestos se centra en el análisis estructural de los niveles y funciones, sin entrar en la descripción detallada de tareas o competencias individuales. Aunque el mapa de puestos no detalla estos aspectos, sí se apoya en la información obtenida en la descripción de puestos para ubicar cada rol en la estructura, respondiendo de este modo a un análisis técnico y objetivo.
En esencia, el mapa de puestos es una herramienta estratégica que facilita la gestión ordenada del talento interno, permitiendo tomar decisiones fundamentadas sobre promociones, planes de sucesión o movimientos internos, siempre desde una perspectiva organizativa y no personalista.
Ejemplo de mapa de puestos en una empresa ficticia
El mapa de puestos no es un documento que pueda elaborarse de forma aislada o intuitiva. Requiere partir de una base sólida y rigurosa: el conocimiento preciso de los puestos existentes en la organización. Por ello, su construcción siempre se apoya en dos herramientas previas e imprescindibles: la descripción y la valoración de puestos.
Las descripciones de puestos permiten identificar con claridad qué funciones desempeña cada posición, qué nivel de responsabilidad asume, qué competencias son necesarias y en qué entorno operativo se desarrolla. Estos documentos no solo definen las tareas, sino que aportan una visión técnica y estructurada del puesto, independientemente de la persona que lo ocupe.
Por su parte, la valoración de puestos aporta una dimensión adicional al proceso. A través de ella se determina el peso o nivel organizativo de cada puesto, utilizando criterios objetivos como la complejidad de las funciones, el impacto en los resultados de negocio, la autonomía en la toma de decisiones o la responsabilidad sobre equipos y recursos. Aunque su objetivo inmediato no es fijar salarios, en la práctica constituye la base técnica para definir bandas retributivas coherentes, reforzando la equidad interna y sirviendo como referencia objetiva para la política salarial.
Una vez definidas y valoradas las posiciones, es posible avanzar en la construcción del mapa de puestos. El primer paso consiste en agrupar los puestos según las áreas funcionales o líneas de negocio a las que pertenecen, como pueden ser Recursos Humanos, Finanzas, Comercial, Producción o cualquier otra unidad relevante.
A continuación, se sitúan los puestos dentro del nivel organizativo que les corresponde según la valoración obtenida. Esto permite representar visualmente la estructura interna de la empresa, no solo en términos jerárquicos, sino también en relación con el peso funcional y la complejidad de cada posición.
El resultado es un esquema visual claro, donde cada puesto se posiciona en un punto concreto de la organización en función de dos ejes: su área funcional y su nivel de responsabilidad. Este mapa no solo ofrece una fotografía de la estructura actual, sino que se convierte en una herramienta estratégica para identificar rutas de desarrollo profesional, analizar la movilidad interna y planificar el crecimiento futuro de la organización.
Es importante destacar que la utilidad del mapa de puestos depende en gran medida de la precisión con la que se hayan realizado las descripciones y valoraciones previas. Sin ese trabajo técnico de base, el mapa pierde solidez y deja de ser una herramienta fiable para la toma de decisiones.
Más allá de su valor como representación estructural, el mapa de puestos tiene un impacto directo en la gestión estratégica de personas. Su utilidad reside precisamente en que convierte la estructura organizativa en una herramienta de gestión activa, facilitando decisiones que afectan al desarrollo profesional, la retención de talento y la planificación de recursos.
Uno de sus principales usos es la planificación del talento a medio y largo plazo. Gracias a la disposición visual de los puestos por niveles y áreas funcionales, es posible identificar con claridad cuáles son las posibles trayectorias profesionales dentro de la organización. Esto permite diseñar itinerarios de carrera estructurados, que muestren al empleado sus posibles pasos de progresión vertical, ya sea mediante el ascenso a un puesto de mayor responsabilidad dentro de su área, o mediante la movilidad horizontal hacia otros departamentos, cuando existe equivalencia en los niveles organizativos.
De este modo, el mapa de puestos se convierte en una herramienta clave para fomentar el desarrollo interno, ya que ofrece un marco transparente que facilita conversaciones entre la empresa y sus profesionales sobre oportunidades de crecimiento. Además, ayuda a detectar posiciones clave donde pueden existir bloqueos en la movilidad o en la promoción, permitiendo anticipar necesidades de ajuste o creación de nuevos roles.
Otro ámbito donde su aplicación resulta especialmente útil es la evaluación del desempeño. Al tener identificados los niveles organizativos y las rutas de movilidad interna, el mapa de puestos ofrece un marco de referencia objetivo para valorar el rendimiento y las competencias de cada empleado en función del puesto que ocupa y de las expectativas asociadas a su nivel. Esto contribuye a que las evaluaciones no se centren únicamente en el rendimiento inmediato, sino también en la potencialidad para asumir funciones de mayor responsabilidad.
Asimismo, el mapa de puestos es una base técnica muy eficaz para gestionar la política retributiva. Al vincular cada puesto con un nivel organizativo definido, es posible estructurar bandas salariales de forma coherente, asegurando la equidad interna y facilitando la toma de decisiones salariales basadas en la objetividad y no en criterios individuales o coyunturales.
Por último, resulta muy útil para el diseño de acciones formativas y programas de desarrollo, ya que permite detectar con facilidad las brechas competenciales entre niveles y definir planes de formación alineados con las necesidades reales de cada tramo organizativo.
El mapa de puestos es mucho más que un documento organizativo; es una herramienta transversal de Recursos Humanos que conecta la estructura interna con la gestión activa del talento. Su valor radica en su capacidad para ofrecer una visión clara, objetiva y compartida de los niveles organizativos, sirviendo como base para planificar el desarrollo profesional, diseñar políticas retributivas coherentes y anticipar las necesidades de la organización. Integrarlo en la gestión interna no es una cuestión formal, sino una decisión estratégica que facilita la toma de decisiones con fundamento técnico.
En AdelantTa ayudamos a las empresas a construir este tipo de herramientas, ya sea mediante proyectos concretos de diseño de mapas de puestos y planes de carrera, o a través de soluciones globales que incluyen el diseño y la gestión integral de la estructura organizativa. Si tu empresa necesita ordenar su estructura o profesionalizar la gestión del talento, podemos acompañarte en ese proceso.